Un crankbait tipo wave con una forma sin precedentes. Genera un intenso desplazamiento de agua desde la superficie hasta la capa superficial, que es completamente diferente del tipo de cuerpo redondo.

Aunque el TC-60 tiene un lado plano, tiene un diseño ancho que se vuelve más grueso a medida que avanza hacia la cola, logrando una excelente capacidad de lance y precisión. La característica más importante es una cámara de pesos cilíndricos dentro de su cuerpo. Dentro de ésta, las bolas de tungsteno actúan como el peso principal y su traqueteo golpean a izquierda y derecha, creando un sonido fuerte y agudo que nunca antes se había visto.

Solo con su recuperación, el alto sonido de «chiki chiki chiki…» combinado con un fuerte desplazamiento del agua y un intenso y atractivo bamboleo, atrae a los grandes basses y los invita a embocarlo. Además, con el trabajo de la caña, no solo se balancea hacia izquierda y derecha a más de 180 grados, sino que después de la acción, el sonido de «clic» llega después de un poco de tiempo, lo que hace que sea más fácil que el bass salga en su búsqueda.

Debido al compromiso de Kikumoto, se optó por desprender al TC-60 de la capacidad de dar pequeños saltos, aunque sea a velocidades muy altas. En su lugar, se cambió la configuración de la acción para atraer a la mayor cantidad de basses posible mediante una velocidad de recuperación media y baja. Kikimoto se basó, obviamente, en su experiencia para esta modificación. Sin embargo, esto es un poco técnico, pero al controlar hábilmente el estado del señuelo justo antes de que salte de la superficie del agua a una velocidad superior a la velocidad límite, produce un sonido de traqueteo de tono alto sin igual y un sonido violento de burbujas. Una exquisita armonía que induce a la picada.

Esta técnica de aumentar gradualmente la velocidad desde la recuperación lenta es a veces un método mortal. Además, el mal enganche en superficie, que era el punto débil del crankbait, se soluciona con el diseño del lado plano y los anzuelos grande.