OASIS NATURALISTA – “Cà del Lago” – Italia

OASIS NATURALISTA – “Cà del Lago” – Italia
Unas románticas vacaciones en Venecia no están reñidas  con la pesca de calidad.
Desde hace unos meses, tenía una tarea pendiente en mi mente, pero como que al final del día, por unos motivos u otros, siempre me faltan horas, la he estado posponiendo. Es normal, aunque no conveniente y apropiado, que algunos temas, si no te pones con ellos en un tiempo prudencial, al final terminan cayendo en el olvido. Unas veces afortunadamente, y otras desgraciadamente, son tantos los temas que se van generando a diario, que algunos desaparecen sin saber exactamente por qué. Sin embargo, en este caso, ha sido todo lo contrario. Constantemente he pensado en ello, y tengo que reconocer que incluso me sentía algo incómodo conmigo mismo, por no ponerme a ello. Hasta ahora no he encontrado el momento oportuno para dedicarle su merecido tiempo, sobre todo, porque no quería hacerlo de forma fugaz o compartirlo de forma superficial, sino que mi deseo era, desde el primer momento, dar el máximo de detalles posibles.
Domenico Magliano, apodado “Monster Hunter”en el mundillo general de la pesca, y “Romano Loco” por los amigos que le conocemos bien, me llamó una mañana de marzo para darme una gran noticia e invitarme al evento: ¡¡¡Toshifumi Kikumoto viene a Italia a primeros de junio!!!
Acepté su invitación sin dudarlo un instante, era una oportunidad casi única para poder ver de cerca en acción a este grande de la pesca del bass. Posteriormente me estuvo explicando algunos de los detalles que en ese momento ya tenían organizados, y otros en los que estaban trabajando. El detonante de toda esta historia fue el momento donde me confirmó el lugar donde se celebraría el evento: ¡¡“Cà del Lago”!! Ese era precisamente el lugar que llevaba tiempo en mi cabeza… En poco tiempo iba a volver a visitar ese lugar fantástico, que tan solo seis meses atrás, desconocía por completo.
Decidí que antes de mi nueva visita a este paraíso, tenía que encontrar tiempo de donde fuese para poder darlo a conocer a cuanta más gente mejor. Por eso, actualmente, que por motivos de salud, no estoy totalmente operativo para mi ajetreada vida diaria, y mientras hago el reposo aconsejado por mi médico, paso a explicar cómo conocí este maravilloso lugar y todos los detalles referentes a él.
El pasado mes de septiembre, por motivos relativos a Fishing Import, tuvimos que viajar una vez más a Venecia y ya que estábamos allí, por cierto, por quinta vez… aprovechamos para tomarnos un par de días libres. Como en todas las demás ocasiones que habíamos visitado esa preciosa ciudad, planeamos pasear por ella durante los momentos de ocio o pausa.
Antes de salir del Prat, lo que menos se me pasó por la cabeza era el hecho de que podría disfrutar de una jornada de pesca en una finca particular, que se encuentra a menos de una hora en coche.
De todas formas, se me hace imposible visitar Venecia y no darme un paseo en el vaporetto, que es el bus público que se utiliza en Venecia.
Y como no, un una vuelta por la plaza de San Marco, que en esta ocasión, y por casualidad, la encontramos justo en el momento en el que empezaba su famosa “inundación”, que se produce de vez en cuando. El agua brolla, sin motivo aparente, por entre medio de las losas que componen el suelo de la plaza. Era la primera vez que veíamos este fenómeno en directo.
Advertido de nuestra visita, nuestro amigo Doménico Magliano se combinó sus  tareas para poder acompañarnos durante toda nuestra estancia, y así se convirtió en nuestro guía turístico, acompañándonos a visitar muchos de los recovecos que aún no conocíamos, y a los que los turistas no acceden normalmente, o por falta de tiempo, o por desconocimiento de la existencia de esos lugares.
Mientras estábamos cenando uno de los días, me advirtió la posibilidad de poder visitar una finca privada cercana, en la que se podían pescar basses y lucios de dimensiones considerables. Atraídos por nuestra curiosidad… A 76 Km. de Venecia… ¿basses y lucios descomunales?, aceptamos la oferta. Al momento, Doménico saca de su bolsillo su teléfono móvil y hace una llamada: “Hola Stefano… Soy Doménico… Estoy cenando con unos amigos españoles, a los que les gusta la pesca del bass , y que han venido de visita por temas de negocios. Justo en estos momentos estábamos haciendo planes para mañana, puesto que no tienen nada programado hasta pasado mañana. Al tener la jornada libre, y como que esta zona ya la conocen bastante, puesto que la visitan periódicamente, he pensado que si por casualidad no tuvieses la agenda de visitas a tu finca demasiado cargada… podríamos acercarnos y pasar el día juntos… OK… ¿A partir de las 10:00?… Pues nos vemos mañana… Ciao”.
A la mañana siguiente, justo después de desayunar, pasamos por la sede de Plus Fishing, a “sustraer”, algunas cañas, anzuelos, señuelos…
Aquí vemos a Domenico tomando nota de todo el material que nos llevábamos para su posterior control de stocks.
Nuestro viaje, casi todo por autopista, duró algo menos de una hora.
Después de entrar en una pequeña carretera secundaria, un cartel anunciaba que teníamos que desviarnos de ella, para entrar en un largo y completamente rectilíneo camino de tierra, perfectamente engravado  y sin un solo bache. A mitad del recorrido, se apreciaba una reja de hierro, que nos cerraba el paso a modo de puerta y en la que se nos advertía que teníamos que pulsar un timbre para dar aviso de nuestra llegada. Una vez hecho esto, la puerta se abrió de forma remota, supongo que desde un pequeño edificio que se apreciaba en la lontananza, al final del camino, que a partir de aquí, transcurría acompañado a ambos lados por una frondosa arboleda, seguramente centenaria. Según nos íbamos acercando a lo que se intuía era el edificio de recepción de clientes, los reflejos del sol que se escabullían por entre los troncos de los árboles para venir directamente a nuestros ojos, dejaban adivinar que una más o menos gran masa de agua, se agazapaba tras ellos. Aparcamos el coche en una zona sombría bajo los árboles, destinada a ello y bien señalizada.
Una vez hubimos salido del vehículo… como diría un italiano: “Bellisssssimo”. ¡Menudo PARAISO! Boca abierta de admiración, mientras mi cuello, como el de la de la niña del exorcista, y quizá por eso ahora estoy así, giraba 360 grados para intentar asimilar velozmente todo lo que tenía ante mis ojos.
Stefano Secco, persona responsable de la organización, explotación y mantenimiento de la finca salió a nuestro encuentro, y tras un efusivo saludo, nos estuvo explicando que realmente la finca es un “Agriturismo”, lo que en España llamamos “Casa Rural”, y que su característica principal es que el turista se aloja en la vivienda de la hacienda. Esa es la única “norma general y específica” del agriturismo en Italia, a partir de ahí, cada uno ha ido buscando su propia identidad. Algunos de ellos, han perfeccionado tanto el antiguo caserío, que lo han convertido en una encantadora residencia de cinco estrellas, con una gama de servicios orientados para los clientes más exigentes.   
Posteriormente, muchos agriturismos han seguido el camino de la especialización, y por eso, hoy se pueden encontrar agriturismos con “granjas educativas”, donde es posible hospedar escolares listos para aprender la vida en las granjas, desde la cría de aves de corral, hasta cómo es la cosecha y su proceso para convertirla en productos locales.
Precisamente, esta es la orientación que ha tomado “Cà del Lago”, pero además de albergar turistas, escolares y jubilados, el encantador lago que compone más de la mitad de la finca, está habitado por una numerosa población de especies diversas, tanto de flora como de fauna. Una de las características que posee este lago es su hábitat acuático, repleto de carpa, black bass y lucio. Los que conocen el lugar, no dudan de vez en cuando a pasar una jornada de pesca aquí, para intentar conseguir hacer picar a algún ejemplar de dimensiones descomunales, puesto que se sabe de su existencia, y aunque son muy difíciles engañar, de vez en cuando va apareciendo alguno. De dimensiones más que aceptables, puedo asegurar que la pesca está asegurada, puesto que la población es muy numerosa.
Incluso los pescadores noveles, muy poco experimentados o los que se inician, pueden conseguir aquí su primera captura.
 
Un amplio camino transcurre paralelo al lago, de forma que se puede dar un paseo por todo su perímetro y regresar al punto de partida. Incluso hay un precioso puente de madera que te permite cruzar de un lado a otro, a modo de atajo. Durante todo el recorrido nos encontramos con amplias zonas dotadas de bancos y mesas de madera para poder tomar un descanso.
Este camino perimetral nos permite poder pescar todo el lago desde orilla, pero también hay la posibilidad de poder alquilar unas pequeñas barquitas, dotadas con motor eléctrico para aquellos que quiera pescar desde embarcación.
Podría seguir explicando maravillas de este lugar, pero como que bien cierto es que una imagen vale más que mil palabras
Los aficionados a la pesca sabemos que es difícil compaginar unos relajantes días de vacaciones con la familia y la pesca. Habitualmente, las vacaciones están orientadas totalmente en dirección opuesta a nuestra afición. Sin embargo, en esta ocasión, creo que es justo poder “negociar” con la familia o acompañantes el poder dedicar un día de nuestras vacaciones a relajarnos, estar en contacto directo con la naturaleza, respirando un aire sano, y… pescar.
Desde aquí, animo y recomiendo a todos los que visitéis Venecia por unos días, seáis aficionados a la pesca, o no, en cualquier estación del año, que intentéis programar una visita a este verdadero “Oasis”, puesto que al que sea pescador le va a encantar, pero al que no lo sea, le va a enamorar.
Stefano Secco os recibirá con los brazos abiertos y os lo mostrará todo, aunque no le digáis qué vais de parte mia, jejeje.
 
 Yo voy a tener la suerte de poder volver en breve, con motivo de la visita a Italia de Toshifumi Kikumoto. Seguro que a mi regreso, me seguirán quedando ganas de volver otra vez.
 
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